El Arte de la Paz comienza contigo. Trabaja sobre ti mismo y con la tarea que te ha sido asignada en el Arte de la Paz. Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir. Estás aquí con el solo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la paz en tu propia vida y luego aplica el Arte a todo lo que encuentres.
La vida es crecimiento. Si detenemos el crecimiento, técnica y espiritualmente, somos tan útiles como cadáveres. El Arte de la Paz es la celebración del enlace del cielo, la tierra y la humanidad. Es todo lo verdadero, lo bueno y lo bello.
Cuando la vida es victoriosa, hay nacimiento; cuando impedida, hay muerte. El guerrero está permanentemente dedicado a una lucha de vida o muerte por la paz.
Tu corazón está lleno de semillas fértiles esperando brotar. Del mismo modo que una flor de loto surge del lodo para florecer en todo su esplendor, la interacción de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que de fruto en este mundo.
Tan pronto como te ocupes del "bien" y el "mal" de tus semejantes, creas una abertura en tu corazón por la que entra la malicia. Examinar, competir y criticar a otros te debilita y te derrota.
El brillo penetrante de las espadas sostenidas por los seguidores del Camino golpea al malvado enemigo escondido en el interior profundo de sus propios cuerpos y almas.
El Arte de la Paz no es fácil. Es una lucha hasta el fin, la matanza de los malos deseos y de la falsedad interior. En algunas ocasiones, la voz de la paz resuena como un trueno, sacudiendo a los seres humanos fuera de su letargo.
Clara como el cristal,
aguda y brillante,
la espada sagrada no admite sitio
para alojar al mal.
Crea y pule el espíritu del guerrero
mientras sirves en el mundo;
ilumina el Sendero
de acuerdo a tu luz interior.
El sendero de la paz es extremadamente vasto: refleja el propósito de ambos mundos, el manifiesto y el oculto. El guerrero es el templo viviente de lo divino, que sirve al gran propósito.
Practica el Arte de la Paz con sinceridad, y los malos pensamientos y malas acciones desaparecerán naturalmente. El único deseo que debe permanecer es la sed por capacitarse cada vez más en el sendero.
Día tras día
adiéstrate a ti mismo, refinando tu técnica:
¡usa el Uno paraatacar lo Múltiple!
Esa es la disciplina del guerrero.
El propósito del entrenamiento es tensar lo flojo, fortalecer el cuerpo y pulir el espíritu.
El hierro está lleno de impurezas que lo debilitan; al forjarlo se convierte en acero y se transforma en una filosa espada. Los seres humanos se desarrollan de la misma forma.
El Arte de la Paz es el principio de la no resistencia. Porque no es resistencia, desde el comienzo es victorioso. Los que tienen malas intenciones o pensamientos pendencieros son derrotados instantáneamente. El Arte de la Paz es invencible porque contra nada lucha.
En el Arte de la Paz no hay contiendas. El verdadero guerrero es invencible porque no lucha con nadie. Vencer significa derrotar la idea de disputa que albergamos en nuestra mente.
No encares este mundo con temor y rechazo. Enfrenta con valor lo que los dioses ofrezcan.
La vida misma es siempre una prueba. Al entrenar debes probarte y pulirte para poder afrontar los grandes desafíos de la vida. Trasciende los límites de la vida y la muerte, y entonces serás capaz de enfrentar con calma y seguridad cualquier crisis que se te presente.
Sé agradecido hasta por las privaciones, contrariedades y gente mala. Tratar con estos obstáculos es parte esencial del entrenamiento en el Arte de la Paz.
El fracaso es la clave del éxito;
Cada error nos enseña algo.
En situaciones extremas, el universo entero se transforma en nuestro enemigo, en momentos tan críticos, la unidad de mente y técnica es esencial: ¡no permitas que tu corazón flaquee!
Tu espíritu es el verdadero escudo.
El Arte de la Paz puede resumirse así: la verdadera victoria es la victoria sobre sí. ¡Que ese día llegue con premura! La "verdadera victoria" significa coraje temerario; "victoria sobre sí", simboliza un esfuerzo incansable, y "¡Que ese día llegue con premura!" representa el momento glorioso del triunfo en el aquí y ahora.
Expulsa los pensamientos que limitan, y regresa al verdadero vacío. Párate en el centro de la Gran Vaciedad. Este es el secreto del Camino del Guerrero.
Las técnicas del Arte de la Paz cambian constantemente; cada encuentro es único, y la respuesta adecuada debe surgir con naturalidad. Las técnicas de mañana serán diferentes a las de hoy. No te dejes atrapar por la forma y apariencia de un desafío. El Arte de la Paz no tiene forma; es el estudio del espíritu.
Lo Divino no es algo alto sobre nosotros. Está en el cielo, está en la tierra, está en nosotros. Cada uno de nosotros es un Universo en miniatura, un templo viviente.